Crónicas de fondo, Grupo Editorial La Hoguera, Santa Cruz de la Sierra, 2015.

11068240_588460374629537_5224649650479593302_n

Crónicas de fondo reúne un conjunto de vivencias de lo que ha sido mi vida de corredor en los últimos diez años.  He intentado, a través de este género, relatar y compartir esta década de muchos kilómetros de asfalto.

Luego de sufrir una lesión de rodilla, y una posterior cirugía, el largo período de recuperación y rehabilitación me permitió tener el suficiente tiempo para ordenar mis ideas, repasar mis apuntes y poner en papel un proyecto editorial de larga data.

Este libro es una suerte de catarsis que bucea en mi memoria en busca de recuerdos y emociones.  De alguna manera, escribirlo ha generado un desbloqueo súbito de un torrente de sentimientos que tenía guardados, y parecían olvidados. Quizás una buena parte de estas crónicas tienen que ver con la búsqueda de respuestas personales.

De entrada, quiero aclarar que no soy un deportista de élite. Soy más bien un corredor lento, de ritmo y cadencia promedio, con un estilo nada excepcional, y más bien con muchas limitaciones. Sin embargo, me apasiona correr, disfruto cada metro de mis entrenamientos; correr es una parte importante de mi vida…».

Del prólogo de «Crónicas de fondo»

Desde mi barbecho, Grupo Editorial La Hoguera, Santa Cruz de la Sierra, 2018

3D DESDE MI BARBECHO Alfonso Cortez 1ra Ed 2018 (1)

«Sumergirse en el álbum fotográfico de esta sucesión de artículos semanales es una aventura.

El autor nos convoca a sus andanzas y cavilaciones soltando sus emociones, anécdotas, pensamientos y frustraciones de un mundo con realidades de las más diversas.

Lo Cortez no quita lo valiente cuando desvela sus vivencias.

Revela los rincones por donde se describe como un defensor de causas perdidas o un ilusionado escribidor de humanidad. Se refugia en caminos adornados por las buenas letras, las utopías y el deber ser, reprochando al poder, la desmesura, el atropello.

Se indigna, se ríe, se jacta, cuestiona, erosiona, pregona.

Empuña en sus letras el alma cruceña y la dibuja contrastada y rugiente. La lleva a pasear por otros mundos, al mismo tiempo que describe otros soles y otras lunas.

Convida su mundo editorial con la cultura política de un país tan complejo como fascinante.

Un menú para leer con hambre de buenas causas,  porque también de pequeñas historias está hecha la vida.

Los sustanciosos artículos de fútbol, música y libros no se achican ante los más elaborados de economía, política y negocios enmarcados en teorías, historias y ergos.

Un año y algo más se resumen en un barrido de impresiones mordaces y elocuentes; relatos que sacuden el calendario y lo dejan al viento, limpios de polvo y paja.

El autor se desliza en el trampolín de las percepciones y aplica todo su bagaje de experiencias y vibraciones.

Estamos frente a un libro que lo salpicará con sus reflexiones y que no lo dejará indiferente hasta la última página»

Roberto Dotti, del prólogo del libro «Desde mi barbecho».

Desde mi barbecho II, Grupo Editorial La Hoguera, Santa Cruz de la Sierra, 2019

DESDE MI BARBECHO 2 (1)

«Alfonso Cortez escribe una columna y le sale una crónica o una novela corta y realista, una poesía en prosa o un relato que bien puede ser llevado a una canción, a un cortometraje documental, a un cuento de esos que nos contaban nuestros abuelos para introducirnos en un sueño que estaba al pie de las estrellas. Alfonso escribe desde ese barbecho que es de todos, de ese lugar donde mora la civilización que acude puntual a los espectáculos que ejecuta el ser humano para no aburrirse, para encontrarse o perderse para siempre… No escribe de memoria: se arremanga las mangas de la camisa porque Alfonso es de los que sabe que no hay cosa mejor que vivir para contarla: se mete en un micro para escuchar a los cantores insonoros, habla con sacasuertes y adivinos, visita por última vez el galpón donde todavía estaba su vieja casilla postal, la 4110, como despedida por el macabro cierre de la Empresa de Correos de Bolivia… Así se mete y sale de las esquinas de la ciudad, del país, del pensamiento de escritores, de intelectuales y de gente sin nombre con el único y gran motivo de narrarlos para que la memoria sea eterna.

Alfonso Cortez es el cronista urbano de este tiempo de Santa Cruz y de más allá del horizonte. Está amparado por su pericia de reportero, por una curiosidad innata de aventurero y por esa pluma rica en palabras, en figuras literarias y elegante estructura que hacen de sus textos una obra muy, muy necesaria».

Roberto Navia G., Premio Rey de España de Periodismo (2015 y 2019)

Pasión inútil. Cuentos de fútbol, Grupo Editorial La Hoguera, Santa Cruz de la Sierra, 2019
PASIÓN INÚTIL La Mancha (1)

«Se juega como se vive» y es más fácil enseñar a vivir que enseñar a jugar. Son 24 horas, de las que juego quizás cuatro, ¿y qué hago en las otras 20?

Eduardo Chillida, gran escultor vasco y arquero profesional de la Real Sociedad de San Sebastián me confesó: ‘Elegí ser arquero porque es el único lugar de la cancha donde hay una tercera dimensión’.

Gracias Alfonso por vivir este juego como se merece, con ilusión, sinceridad y con pasión, que para mí nunca será inútil».

Xabier Azkargorta, exseleccionador de Bolivia 

La pelota nos alegra el alma y los cuentos de este libro nos llenan la vida, porque en cada historia los peloteros nos vemos retratados. La vida es redonda como la pelota y tiene reglas como el juego.

¡Emociones e identificaciones, no es inútil acariciar el recuerdo y palpitar con un gol!

José Gary Añez, periodista deportivo

«Pasión inútil. Cuentos de fútbol» es un libro de cuentos de historias de ficción sencillas, de hechos cotidianos, vividos por personas comunes y ordinarias, unidas por el mágico universo que se vive, respira y siente alrededor y dentro de una cancha de fútbol.

Los editores 

Desde mi barbecho. Sin barbijo y sin vacuna, Grupo Editorial La Hoguera, Santa Cruz de la Sierra, 2021.

Siempre en el marco de la ironía, del sarcasmo y el buen humor, varias de sus piezas alcanzan un nivel extraordinario. El manejo de la narrativa, que incluye ricas y profundas anécdotas personales, el hablar desde el yo íntimo, hace que cada artículo, difundido a través de varias plataformas y redes sociales, se convierta prácticamente en un alimento cotidiano que contribuye al desarrollo de la conciencia social. Es como si el periodista, que sospecha de todo, incluyendo las teorías conspirativas y los curanderos, y confía en su discernimiento honesto y equilibrado, hubiese encontrado en el arte de escribir el protocolo para ser feliz en el confinamiento, como si hubiese descubierto en las palabras una vacuna que le permita sobrevivir contando historias.

Los editores

Diario de pandemia (1 de marzo de 2020 – 1 de marzo de 2021), Grupo Editorial La Hoguera, Santa Cruz de la Sierra, 2022.

Así como una gota de lluvia, una vez sumergida en el mar, contiene a todo el océano, la vida de una persona está disuelta en el absoluto de la humanidad. Un diario íntimo no es otra cosa que una historia personal (un archivo, un álbum) que sintetiza la existencia de todos los seres que compartimos el universo. Lo que a mí me pasa, me incluye en todos y viceversa. En el Diario de pandemia, de Alfonso Cortez, escrito desde varias voces (entradas), están las emociones convulsionadas, las experiencias trágicas y cómicas, los sucesos históricos y culturales que nos tocó experimentar —como especie humana—, con defectos y virtudes, en el planeta Tierra.

Vigoroso en el análisis de los hechos, serio y profundo en la investigación, mordaz y elocuente en la crítica, sensible y tierno en el amor, visionario en sus enfoques, ágil, contundente y claro en el manejo de la palabra, Cortez muestra, una vez más, su erudición desbordante, su estilo maduro, su experimentada capacidad de síntesis y, sobretodo, el valor de su alma inquieta, el coraje de su espíritu quebrantado, que le permiten desnudarlo todo, hasta el asombro.

Aquí, unas pinceladas del libro:

Más allá de las impresiones propias, el registro y acumulación de acontecimientos que me llamaron la atención, la anotación de pensamientos y reflexiones —míos y de otros—, sobre lo que estábamos viviendo, el interés de este diario puede radicar en aquellas pequeñas cosas que no aparecerán en los libros de historia: testimonios de sensaciones y recuerdos de lo vivido; evidencias de esas cotidianidades a las que nadie les dará importancia; textos, más que informativos, narrados a través de los sentidos de quien ha estado atento al paso de este tiempo convulso”.

“En un diario hay un espejo que nos espera. La imagen que vemos no siempre es agradable. Escribir me permite hablar solo, y hablar con ese alguien que —quizás—, podría estar del otro lado queriendo escucharme”.

“Escribir es mi manera de entender el mundo”.

“Esto que hemos vivido (pandemia) es una experiencia psicosocial masiva de repercusiones imprevisibles”.

“Mi nieta apunta a una pequeña marca que la viruela me dejó en la cara. La abuela le explica que las erupciones de esa enfermedad, al romperse y secarse, dejaban en la piel costras y cicatrices permanentes, pequeñas hendiduras.

Me pregunto, ¿cómo será el inventario de cicatrices de esta generación? ¿cuáles serán las cicatrices emocionales que dejará la pandemia?”

“Un libro es siempre una propuesta de futuro. Las historias que ahí se presentan son una perversa razón para seguir vivo”.

Los editores