Publicado en El Deber el 13 de enero de 2017
Pareciera que Santa Cruz de la Sierra ha decidido reservar su centro histórico para desarrollar actividades culturales. Junto a lo que ya viene haciendo la Casa de la Cultura Raúl Otero Reiche, Manzana Uno, Centro Cultural Simón I. Patiño, Café Lorca, Tapekuá, Casateatro, Centro de la Cultura Plurinacional Santa Cruz, Snack Tía Ñola, AECID, Teatro René Moreno y Casa Melchor Pinto entre otros, se anuncia que para el 19 de enero próximo, un nuevo espacio artístico abrirá sus puertas para enriquecer la cada vez más extensa oferta cultural cruceña.
Ronaldo Vaca Pereira, Paola Ramírez, “Pato” Peters y Sergio Torrellio con Meraki Teatro Bar se lanzan a la aventura de apuntalar la emergente industria cultural urbana. En lo que fuera el club Clapton de la calle Ballivián (entre La Paz y Chuquisaca), con unos llamativos portones amarillos a la calle, estos gestores han montado un local con capacidad para 150 personas sentadas, un amplio escenario de casi treinta metros cuadrados, camerinos para los artistas y las mejores condiciones de sonido e iluminación para presentar diversas expresiones artísticas (teatro, música, danza, stand ups, recitales poéticos, presentaciones de libros, etc.) e intentar convertirse en referentes de la intensa movida cultural citadina.
Los primeros tres invitados en cartelera de Meraki Teatro Bar marcan la pauta del nivel de presentaciones que este nuevo espacio se ha propuesto ofrecer: La poetisa y compositora chuquisaqueña, Matilde Casazola -Premio Nacional de Cultura 2016-, será la encargada de inaugurar este escenario con un recital poético musical. Después de ella, el turno es de Octavia, una de las bandas de rock nacional más importantes de los últimos años. Y más adelante, el grupo Efecto Mandarina, que representa una nueva camada de músicos profesionales que están produciendo discografía del más alto nivel y se mueven entre diversos géneros (jazz, soul, R&B, rock, pop, entre varios otros).
Meraki es un emprendimiento cultural privado y su reto es conseguir autosostenibilidad a través del cobro de ingresos por los espectáculos y el consumo de la oferta de la carta del bar. La palabra Meraki -proveniente del griego moderno- significa hacer algo con amor y creatividad, poniendo el alma en ello. Es de esos pocos y raros vocablos que no tienen traducción ni sinónimos en otros idiomas. A decir de los gestores de este proyecto, Meraki refleja fielmente la esencia de lo que están haciendo, y yo les creo.
¡Enhorabuena y larga vida para Meraki Teatro Bar!